Metabolisches Syndrom: Epidemie des Wohlstandes

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Síndrome metabólico: una epidemia de prosperidad

Dr. Adrian Weingart

Síndrome metabólico: una epidemia de prosperidad

El microbioma intestinal y su relación con la distribución de la grasa

A más tardar en 2020, el término “epidemia” debería ser familiar para todos. Pero no sólo los virus suponen un peligro para nosotros, sino también nuestro estilo de vida. La obesidad, la diabetes, los altos niveles de lípidos en sangre y la hipertensión arterial, denominados en conjunto “síndrome metabólico”, ya no son casos aislados. Muchos artículos científicos advierten de la “epidemia de prosperidad” porque sus efectos son extremadamente dañinos para el corazón, los vasos sanguíneos y otros sistemas y pueden provocar un ataque cardíaco o un derrame cerebral.


Pero ¿cuál es la conexión con el microbioma intestinal?

A continuación te lo explicaremos con más detalle:

Una conclusión muy importante se extrajo de un estudio en el que se trasplantó el microbioma intestinal de organismos obesos, es decir con sobrepeso, a organismos libres de gérmenes y sanos. Como resultado, incluso organismos que anteriormente tenían un peso normal comenzaron a tener sobrepeso. ¡Podría establecerse así una conexión directa entre el microbioma y la obesidad!

Ahora bien, no son los kilos en las caderas los que suponen el problema, sino la distribución de la grasa es el factor decisivo. Es especialmente la grasa abdominal, la grasa visceral, la que es peligrosa. Y aquí llegamos a la diferencia entre hombres y mujeres. La diferencia en la distribución de grasa entre los dos sexos se puede representar esquemáticamente utilizando las geometrías simples de una manzana y una pera.

La manzana describe la masa grasa esférica y ubicada centralmente en los hombres, la distribución de grasa "androide", mientras que la pera representa las líneas curvas y la distribución de grasa que está más ubicada en las caderas y los glúteos, que es predominantemente el caso en las mujeres y se llama distribución de grasa “ginoide”. Esto no excluye el hecho de que haya hombres con forma de pera o mujeres con forma de manzana, y que también sean posibles formas intermedias, pero el término no deja de suponer una tendencia.

En resumen: existe una distribución de grasa ginoide y otra androide, que puede presentarse en ambos sexos. La distribución de la grasa androide, con énfasis en la zona abdominal, se asocia a un mayor riesgo, por ser un tejido muy activo metabólicamente y con muchas sustancias mensajeras. ¡Ojo, no estamos hablando del pequeño cementerio de bolitas de masa que incluso una persona sana puede llevar consigo, sino del auténtico exceso de peso!

En un estudio de 2019, se midió en detalle la distribución de grasa de hombres y mujeres y se analizó el microbioma intestinal respectivo mediante análisis genético. Como resultado, se estableció claramente que cuanto más grande y diverso sea el microbioma intestinal, menos prevalece la distribución de grasa androide. ¡Viva la diversidad del microbioma!

Esto está estrechamente relacionado con las hormonas sexuales. Por ejemplo, en los niños antes de la pubertad, en quienes las hormonas sexuales específicas aún no están activas en grandes cantidades, no existe tal separación en la composición del microbioma. Aún no se sabe exactamente cómo las hormonas sexuales afectan a las bacterias intestinales, pero su investigación resulta de gran interés porque:

El hallazgo de que la composición del microbioma intestinal tiene un impacto en la distribución de la grasa proporciona una excelente base para futuros trabajos sobre métodos de análisis para pacientes de alto riesgo y opciones de tratamiento para personas con potencial de riesgo metabólico y cardiovascular.

Hasta entonces, depende de nosotros mantenernos en forma y trabajar en la diversidad de nuestro microbioma :)