Los días se hacen más largos, las temperaturas suben y el sol brilla: ¡el verano está a la vuelta de la esquina! Pero junto con toda la alegría que trae la temporada cálida, también trae desafíos para nuestra salud. Desde la piel hasta el intestino y todo nuestro cuerpo: el cambio de estaciones trae cambios en nuestro microbioma. Pero no te preocupes, la ciencia tiene algunos datos interesantes que pueden ayudarte a pasar el verano de forma saludable. ¡Descubre en este artículo cómo aprovechar al máximo tu verano!
Nutrición en verano y tu microbioma
Los alimentos de verano como la carne y las bebidas alcohólicas pueden afectar tu microbioma. Por un lado, el consumo de carne, especialmente roja y procesada, puede alterar el equilibrio de las bacterias intestinales. La carne roja es rica en grasas saturadas y una molécula llamada carnitina. Algunas bacterias intestinales pueden convertir la carnitina en una molécula dañina llamada N-óxido de trimetilamina (TMAO), que se ha relacionado con enfermedades cardíacas.
El alcohol también puede afectar el microbioma intestinal. Puede dañar la mucosa intestinal y aumentar la permeabilidad, lo que puede provocar el “síndrome del intestino permeable”. Esto puede provocar que bacterias y toxinas del intestino ingresen al torrente sanguíneo, lo que tensiona el sistema inmunológico y promueve la inflamación en todo el cuerpo.
La fibra vegetal puede influir positivamente en el microbioma intestinal enriqueciendo especies microbianas específicas y aumentando la diversidad microbiana. Por lo tanto, debes aumentar el consumo de frutas y verduras de temporada. Los probióticos también pueden ayudar aquí: pueden ayudar a restablecer el equilibrio de las bacterias intestinales aumentando la cantidad de bacterias buenas y desplazando las bacterias dañinas. Además, pueden mejorar la salud de la mucosa intestinal y fortalecer la función de barrera intestinal, lo que ayuda a prevenir el “síndrome del intestino permeable”. Por lo tanto, los probióticos pueden ser un complemento útil para contrarrestar los efectos potencialmente negativos de la carne y el alcohol sobre el microbioma.
Tu microbioma y la moda de verano
Señoras, presten atención: el microbioma vaginal es un ecosistema extremadamente vibrante pero sensible. Está formado principalmente por bacterias que producen ácido láctico y mantienen así un ambiente ácido que garantiza la protección contra microorganismos dañinos. Pero, sobre todo en verano, este delicado equilibrio puede descontrolarse fácilmente. La natación frecuente en piscinas cloradas o agua de mar salada puede afectar el microbioma vaginal. A esto se suma la ropa de baño mojada, que a menudo se usa durante demasiado tiempo. Un clima cálido y húmedo es un caldo de cultivo ideal para hongos y otros microbios dañinos. Por lo tanto, es importante asegurarse de cambiar su ropa de baño mojada por ropa seca lo antes posible después de nadar para minimizar el riesgo de infección y mantener su microbioma saludable.
Vitamina D: tu heroína del verano
La vitamina D juega un papel crucial en varias funciones corporales. Su función en la regulación de los niveles de calcio y fosfato en el organismo es especialmente importante. Aumenta la absorción de calcio y fósforo en el intestino y favorece su incorporación a la matriz ósea. Por lo tanto, unos niveles adecuados de vitamina D son cruciales para la salud y el crecimiento de los huesos.
Dado que la vitamina D se sintetiza principalmente a través de la luz solar, recomendamos tomar vitamina D adicional, especialmente en los meses de invierno o en regiones con poca luz solar. Es aconsejable tomarlo al mismo tiempo que la vitamina K2, ya que esta vitamina regula la coagulación sanguínea y transporta el exceso de calcio en la sangre a los huesos. De esta manera, se puede evitar que el calcio absorbido a través de la vitamina D se distribuya mal en el organismo.
Por último, pero no menos importante, no olvides protegerte de la exposición excesiva al sol, incluso en verano. A pesar de los beneficios de la vitamina D, la exposición excesiva al sol y las quemaduras solares pueden aumentar el riesgo de cáncer de piel.
Con estos consejos podrás conseguir que tú y tu microbioma podáis disfrutar del verano en las mejores condiciones posibles.