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Cómo superar la fatiga: nutrición, salud intestinal y suplementos específicos

Dr. Adrian Weingart

Cómo superar la fatiga: nutrición, salud intestinal y suplementos específicos

Puntos clave

  1. Causas comunes de fatiga: el estrés, la falta de sueño, las deficiencias de nutrientes (por ejemplo, hierro, vitamina D, magnesio, B12) y un microbioma intestinal desequilibrado son factores clave.
  2. La nutrición como fuente de energía: los carbohidratos complejos, las proteínas de alta calidad, las grasas saludables y los micronutrientes como el hierro y la vitamina B12 promueven un nivel de energía estable.
  3. Suplementación específica: la vitamina D, el hierro, la B12, el magnesio y el omega-3 pueden reducir eficazmente la fatiga, pero deben utilizarse cuando sea necesario y bajo consejo médico.
  4. Salud intestinal y energía: Una flora intestinal intacta favorece la absorción de nutrientes, reduce la inflamación y contribuye significativamente al suministro de energía.
  5. Enfoque holístico: la nutrición, el ejercicio, la gestión del estrés y un buen sueño forman la base para combatir de forma sostenible la fatiga.

La fatiga es una de las quejas más comunes en la vida cotidiana. Muchas personas se quejan de falta de motivación, dificultad para concentrarse y agotamiento general, incluso después de haber dormido lo suficiente. Si bien el estrés y la falta de sueño a menudo se identifican como la causa, no es raro que factores ocultos, como las deficiencias de nutrientes o un microbioma intestinal desequilibrado, afecten los niveles de energía.


La buena noticia: con una dieta adecuada y suplementos nutricionales específicos, muchas de estas causas se pueden abordar específicamente. No sólo la elección de los alimentos, sino también la función del intestino juega un papel central. Este artículo muestra cómo se pueden optimizar los niveles de energía a través de medidas con base científica y cuándo es aconsejable consultar a un médico.

Las causas de la fatiga y la influencia de la dieta


La fatiga es un síntoma que puede ser causado por una variedad de factores. Las causas más comunes incluyen un estilo de vida desequilibrado, falta de sueño, estrés crónico o falta de nutrientes esenciales. Una deficiencia de micronutrientes como hierro, vitamina D, magnesio o vitamina B12 es especialmente frecuente y a menudo permanece indetectable durante mucho tiempo. Estas sustancias son fundamentales para la producción de energía en las mitocondrias, las centrales eléctricas de las células.


Además de las deficiencias de nutrientes, también juegan un papel importante factores externos como los malos hábitos alimentarios. Los alimentos altamente procesados ​​con alto contenido de azúcar y grasas no saludables pueden aumentar el nivel de azúcar en sangre a corto plazo, pero provocar caídas rápidas en los niveles de energía. Esto conduce a un círculo vicioso de antojos, agotamiento y disminución del rendimiento.
Enfermedades como el hipotiroidismo, la inflamación crónica, la anemia o el burnout también pueden provocar fatiga. Si la fatiga persiste a pesar de un estilo de vida saludable, es importante investigar las causas médicas.

Energía a través de una dieta equilibrada


Un factor importante para mantener un nivel de energía constante es una dieta equilibrada que aporte tanto macro como micronutrientes en las proporciones adecuadas. En particular, los carbohidratos lentos, las proteínas de alta calidad y las grasas saludables son esenciales para garantizar un suministro de energía estable.


Los carbohidratos complejos, como los que se encuentran en los cereales integrales, la avena y la quinua, proporcionan energía a largo plazo sin provocar un aumento repentino del azúcar en sangre. Las proteínas de legumbres, huevos, pescado o tofu favorecen la saciedad y apoyan los procesos de regeneración y reparación del organismo. Las grasas saludables, especialmente los ácidos grasos omega-3 de las semillas de lino, las semillas de chía o las nueces, no sólo contribuyen al funcionamiento del cerebro sino que también proporcionan energía sostenida.


Especial atención merecen los micronutrientes como el hierro y la vitamina B12, cuya deficiencia suele estar asociada a la fatiga. Puede resultar difícil para los vegetarianos y veganos consumir cantidades suficientes de estos nutrientes. Las fuentes vegetales de hierro, como las lentejas o las espinacas, deben combinarse con alimentos ricos en vitamina C para favorecer su absorción. Para la vitamina B12, puedes utilizar productos enriquecidos o suplementos específicos.

El uso de suplementos dietéticos para apoyar


Además de la nutrición, los complementos dietéticos pueden ser un apoyo útil en determinados casos, especialmente en casos de deficiencias diagnosticadas. Los suplementos más importantes asociados con la reducción de la fatiga incluyen:

  • Vitamina D: Esta vitamina liposoluble juega un papel clave en la producción de energía y la función inmunológica. La deficiencia es particularmente común en los meses de invierno, cuando la luz solar es escasa.
  • Hierro: Un nivel suficiente de hierro es esencial para el transporte de oxígeno en el cuerpo. Las mujeres en edad fértil y las personas con una dieta basada en plantas son particularmente susceptibles a la deficiencia.
  • Vitamina B12: Esta vitamina es esencial para la síntesis de ADN y la producción de energía. Dado que se encuentra principalmente en productos de origen animal, la suplementación suele ser esencial para los veganos.
  • Magnesio: Este mineral favorece el metabolismo energético y ayuda a relajar los músculos, un componente importante, especialmente en casos de fatiga relacionada con el estrés.
  • Ácidos grasos omega-3: estas grasas no solo mejoran el rendimiento cerebral, sino que también apoyan la salud celular y ayudan a reducir la inflamación.


Es importante destacar que los suplementos dietéticos no deben tomarse sin consejo médico, especialmente cuando se trata de sustancias específicas como el hierro, donde una sobredosis puede provocar efectos secundarios indeseables.

El papel de la salud intestinal en los niveles de energía


Un factor a menudo subestimado para el aporte de energía es la salud del intestino . El intestino no sólo es responsable de la digestión, sino también de la absorción y utilización de los nutrientes que el cuerpo necesita para producir energía.


Una flora intestinal intacta, es decir, el equilibrio de las bacterias que viven en el intestino, es crucial. Los microorganismos apoyan la producción de ácidos grasos de cadena corta, que son una fuente importante de energía, y reducen los procesos inflamatorios en el cuerpo que a menudo se asocian con la fatiga crónica.


Para promover la salud intestinal, se deben incluir en la dieta alimentos ricos en fibra como frutas, verduras y cereales integrales. Los alimentos fermentados como el yogur, el chucrut o el kimchi aportan valiosos probióticos que fortalecen el microbioma y promueven la digestión. La suplementación con probióticos y prebióticos también puede ser útil. mybacs® ofrece una selección de probióticos y prebióticos en forma de cápsulas y batidos para apoyar la salud intestinal.

Un enfoque holístico de la fatiga


Un estilo de vida saludable es la clave para combatir eficazmente la fatiga y aumentar la energía a largo plazo. Además de una dieta equilibrada y de suplementos nutricionales específicos, el ejercicio regular sigue siendo esencial. El deporte estimula el metabolismo, favorece la regulación hormonal y fortalece el cuerpo y la mente. Los programas que combinan entrenamiento de fuerza y ​​entrenamiento en intervalos de alta intensidad (HIIT) en particular ayudan a reducir la fatiga y aumentar los niveles de energía. Las estrategias de manejo del estrés, como la meditación, el yoga o los ejercicios de respiración, ayudan a conservar los recursos físicos y mentales.


La fatiga es un problema complejo que a menudo está influenciado por una combinación de factores dietéticos, de estilo de vida y de salud. La combinación de una dieta equilibrada, suplementos específicos y una rutina diaria consciente puede ayudarle a reducir la fatiga a largo plazo y recuperar su energía.

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