En primer lugar: probióticos es solo el plural de probiótico (felicitaciones a todos los que ya lo sabían #thankstolatin). Pero en serio: los probióticos (del griego pro bios = 'para la vida') son microorganismos vivos (por ejemplo, bacterias u hongos) que se multiplican en el intestino y proporcionan un beneficio para la salud del huésped. Puede que al principio esto suene un poco desagradable, pero es exactamente lo contrario: cuando los probióticos llegan a nuestro intestino en cantidades suficientes, esto se asocia a muchos beneficios para la salud.
Pero no todas las bacterias "buenas" son probióticas. A continuación se presentan algunos criterios que deben cumplirse para que una cepa (o cepas) bacterianas se etiqueten como probiótico:
- Evidencia de un efecto promotor de la salud
- Supervivencia del paso gástrico y capacidad de reproducción en el intestino.
- Producción de ácido láctico y otras sustancias con efectos bacteriostáticos o bactericidas.
- Prueba de estabilidad genética para excluir mutaciones causantes de enfermedades, es decir, cambios
¿Para qué sirven los probióticos?
Si bien cumplen funciones vitales para nosotros cuando somos niños, los probióticos también nos brindan un apoyo fundamental en la edad adulta. Permítanos presentarles a los pequeños ayudantes de nuestros intestinos, hasta ahora subestimados:- Activan nuestra respuesta inmune cuando nuestro sistema inmunológico es atacado (estimulando la producción de células T).
- Actúan contra las alergias, enfermedades de la piel y asma impidiendo que nuestro sistema inmunológico reaccione de forma exagerada (ante cuerpos extraños inofensivos).
- Tienen un efecto antibacteriano.
- Contrarrestan las intolerancias alimentarias porque una flora intestinal sana protege nuestra mucosa intestinal y previene así el llamado intestino permeable .
- Reducen los niveles de la hormona del estrés al prevenir la formación de la hormona del estrés cortisol (menos cortisol → menos estrés percibido → más salud y bienestar)
Todo es cuestión de la mezcla:
Los probióticos por sí mismos aportan muchos beneficios para la salud si los consumimos en las cantidades adecuadas, es decir, en cantidad suficiente. Sin embargo, el mejor efecto se consigue cuando se combina un probiótico con un prebiótico. Esto da lugar a un simbiótico (del latín syn = juntos, común). Como su palabra lo indica, un simbiótico tiene efectos significativamente mejores en nuestros intestinos que un probiótico o prebiótico solo. Puedes imaginarlo así: las bacterias “buenas” en nuestros intestinos son los probióticos. Pero para que puedan trabajar duro y apoyar los intestinos, necesitan energía. Y eso es exactamente lo que obtienen de los prebióticos. Estas sustancias son esencialmente el alimento para los probióticos. ¡Cuando tomas un simbiótico, creas las condiciones básicas perfectas para los muchos pequeños ayudantes de tus intestinos!¿Dónde se encuentran los probióticos?
Los probióticos se encuentran en algunos alimentos. La Madre Naturaleza no nos ha defraudado del todo en lo que se refiere a probióticos y prebióticos, pero la concentración de bacterias en los alimentos probióticos es mucho menor que en los suplementos dietéticos (a menudo sólo una centésima parte). Esta concentración se mide en unidades formadoras de colonias (UFC), que es un indicador de la cantidad de microorganismos vivos.Las bacterias probióticas más conocidas son los lactobacilos, las bifidobacterias, los enterococos y las levaduras. Estos se encuentran en el yogur, kéfir, chucrut y miso, entre otros. En general, los alimentos fermentados suelen contener probióticos.
Los alimentos probióticos incluyen:
- Productos lácteos como: yogur natural, kéfir, suero de leche, queso.
- Alimentos fermentados como : chucrut, kimchi, miso.
- vinagre de sidra de manzana y levadura
- Productos de grano integral como pan integral de centeno y pan integral.
- Frutas como manzanas y plátanos.
- Verduras como: espárragos, alcachofas, brócolis, salsifíes, achicorias, cebollas, ajos.
- Semillas y frutos secos , como: linaza y psyllium